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  • ¿La ortodoncia duele?

    Uno de los miedos de muchos de los pacientes antes de someterse a un tratamiento de ortodoncia, es si éste va a resultar doloroso o demasido molesto. La mayoría de vosotros conoce  a algún amigo o familiar que ha pasado por un tratamiento de ortodoncia y nos ha comentado que las primeras semanas han sido molestas y con dolor. Pero realmente ¿Es siempre así? ¿De qué depende que un tratamiento de ortodoncia duela?

    Cuando movemos un diente con ortodoncia, se produce en todos los casos una reacción de inflamación que en ocasiones puede ir asociada a molestias y dolor.

    No podemos afirmar que siempre que iniciamos un tratamiento de ortodoncia vaya siempre asociado a las temibles molestias. Muchas personas no sienten ningún dolor y sus inicios de tratamiento son realmente cómodos.  Si este dolor aparece, viene determinado por varios factores:

     

    1. Límite o umbral individual del dolor:

    Cada persona tiene un umbral del dolor totalmente diferente al de otra persona. En muchas ocasiones esto es lo que determina que podamos sentir dolor cuando iniciamos nuestro tratamiento. Nunca dos personas van a sentir las mismas molestias cuando inician el tratamiento.

     

    2. Técnica de ortodoncia utilizada

    Es de los factores que más influyen en el confort del paciente. Las últimas y más novedosas  técnicas de brackets de autoligado o baja fricción como el “Damon system” que utilizamos en nuestras consultas,  son las técnicas que menos molestias producen a los pacientes  ya que la fuerza que se aplica para mover un diente es unas 10.000 veces inferior a la que se utiliza con ortodoncia convencional. Esto se traduce en muchass menos molestias para el paciente. También las técnicas de ortodoncia invisible pueden ser menos molestas por 2 razones:

    a)      Utilizamos movimiento y fuerza  controlada:

    Tan sólo movemos 0.25 mm/diente cada vez que cambiamos los alineadores, lo que se traduce en que las posibles molestias desaparezcan completamente a las pocas horas de colocar cada alineador, llegando a ser totalmente imperceptibles.

    b)      No utilizan metal, ni elementos adheridos en los dientes: Lo que se traduce en una menor aparición de llagas y rozaduras .

     

    3. La experiencia del profesional:

    Sin lugar a duda, esto es lo más importante. Es el profesional el que tiene que determinar el nivel de presión o fuerza que se ha de ejercer en cada tratamiento para que las molestias sean lo más reducidas posible. Además, es muy importante tener una comunicación constante con el paciente. Escucharle, nos dará información muy  valiosa para ir ajustando la velocidad del movimiento en función del grado de tolerancia.

    Un protocolo de trabajo adecuado, consiste siempre en empezar los tratamientos  con fuerzas ligeras para que los inicios del tratamiento sean lo más cómodos posibles y permitir que los tejidos orales tengan la adaptación correcta. Posteriormente ir ajustando la fuerza y la velocidad en función de la tolerancia individual de cada paciente. Lo que perseguimos con esto al final son tratamientos más cómodos y poco o nada dolorosos que facilitan que las personas puedan llevar una vida totalmente normal durante todo el tratamiento.

    Manejando correctamente las nuevas técnicas de las que disponemos, y ajustando la velocidad y presión de forma individual a cada persona, conseguiremos tener tratamientos de ortodoncia con mínimas molestias y mejorar así la calidad de vida y el confort de nuestros pacientes durante el tratamiento de ortodoncia.

     

    Dr. Diego Peydro Herrero

     

     

    Categorias: Aparatos, Dolor, Ortodoncia
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